Cocina sin gluten y dieta saludable
Cocina sin Gluten, con Daniela Engelbrecht: Cocina sin gluten y dieta saludable
Receta: Lasagna de berenjenas
Cuando se hace referencia a la de dieta libre de
gluten en muchas ocasiones erróneamente se la asocia a planes alimentarios para
bajar de peso, lo que en verdad es muy alejado de la realidad, puesto que, si
la dieta no es equilibrada en calorías, aunque éstas provengan mayormente de
harinas almidones o féculas libres de gluten el resultado no será un descenso
de peso. Por lo general un celiaco recién diagnosticado, sobre todo hablando de
los niños, presenta como uno de los síntomas el bajo peso a causa del síndrome
de malabsorción y necesita recuperar el peso normal acorde a la edad de
desarrollo en la que se encuentra, no así con los adultos que en muchas
ocasiones abusamos de los panificados y no conseguimos una dieta balanceada en
todos los nutrientes necesarios para mantener una buena calidad de vida.
Los médicos advierten de la
gran importancia de que las personas que sospechen de que son celíacas y por
ello decidan adoptar una dieta sin gluten, acudan al profesional y realicen
previamente una biopsia intestinal que confirme el diagnóstico. Debido a que
empezar esta dieta sin haber confirmado la sospecha puede suponer el retraso o
enmascaramiento del diagnóstico de una posible enfermedad celíaca.
¿Qué ocurre si una persona celiaca continúa la ingesta de gluten?
Para una persona diagnosticada
de enfermedad celiaca, el gluten presente en los alimentos se vuelve tóxico y
provoca daños en el intestino, donde se genera una respuesta autoinmune que
provoca inflamación y deterioro de la mucosa. Estos daños disminuyen la
absorción de nutrientes esenciales y pueden causar deficiencia nutricional.
Además, si el diagnóstico se retrasa demasiado o la dieta libre de gluten no se
cumple estrictamente, con el tiempo los celiacos pueden padecer complicaciones
como disminución de la densidad ósea, trastornos autoinmunes, anemia
ferropénica, adelgazamiento, deficiencia de vitaminas o hasta diversos tipos de
cáncer de colon o intestinal.
¿Qué podemos incorporar a la
dieta libre de gluten?
Una alimentación equilibrada es aquella que mantiene a una persona en un
estado óptimo de salud y le permite realizar con normalidad sus actividades
cotidianas. Para ello, debe aportar la cantidad necesaria de energía para que
el organismo funcione correctamente y se pueda seguir la rutina diaria sin
problemas.
Seguir una dieta sin gluten es seguir una dieta
natural y llevar una vida sana, es recomendable evitar los alimentos altamente
procesados, aumentar el consumo de alimentos naturales, frutas y verduras,
también legumbres frescas o secas en paquetes cerrados con el certificado de
libre de gluten. Respecto de la importancia
de incorporar mayor cantidad de frutas y verduras, bien es sabido que aportan
gran variedad de vitaminas y también fibras que mejoran y normalizan el
tránsito intestinal que muchas veces se ve alterado en las personas celiacas.
Incluir carnes magras, carnes no procesadas, aves, pescado, huevos, lácteos y derivados certificados libres de
gluten y limitar un poco la ingesta de productos de panadería y pastelería.
Prestar atención de bajar el consumo de sal y
azúcar refinada, beber agua suficiente, no llegar a la instancia de
sentir sed es fundamental para mantener una buena hidratación.
Además son importantes las semillas como por
ejemplo: sésamo, amapolas, girasol, chía, lino, calabazas…La gran mayoría
de las semillas son ricas en proteínas, ácidos grasos esenciales
como el omega 6 y el omega 3, son fuente de fibras, vitamina B, vitamina E,
calcio, fósforo, potasio y hierro. Se pueden incorporar en jugos, yogur, sopas,
panes, budines y postres, molidas justo antes de su consumo permite un mayor
aprovechamiento de los nutrientes, también tostadas para incluir en ensaladas y
en rellenos. Al igual que las semillas siempre que sea posible consumir frutos
secos como almendras, nueces, maníes, pistachos, castañas, sus aportes
nutricionales son similares.
Podemos incluir nuevas harinas: como las de
almendras, de soja, de tapioca, de algarroba, de garbanzo, de trigo sarraceno,
de alforfón, de quinoa, y es una muy buena noticia que se pongan de moda estas
harinas, ya que así es más fácil conseguirlas en los supermercados, además se
usan en poca cantidad como aditivos en las masas para mejorar la calidad
nutricional de las preparaciones
Con todo esto y mucho más que tenemos disponible,
podemos estar tranquilos de que la dieta libre de gluten es una manera más de
alimentarse y que no debería suponer tanto esfuerzo. ¿Requiere aprendizaje? Si,
como muchas otras cosas más que debemos aprender para vivir mejor. Tener el
diagnóstico de celiaquía definitivamente nos obliga a salir de la zona de
confort en la que nos encontramos comiendo de todo un poco cada día y sin lugar
a dudas nos brinda la oportunidad de ocuparnos de nuestra alimentación de
manera consciente.
Para incorporar un vegetal que es muy noble, porque
es muy versátil, porque se puede consumir de muchas formas, porque es fácil de
conseguir (incluso de cultivarlo en casa), y no es de los más caros que ofrece
nuestro amigo de la verdulería, hoy disfrutamos de la berenjena.
Preparamos Lasagna de berenjenas, esta receta en
particular no lleva carne, pero si hacemos una salsa y le agregamos carne de
cordero tenemos la receta tradicional de la Moussaka griega, una comida ideal
para compartir en un almuerzo en familia, es sustanciosa!!!
Ingredientes:
Para la salsa bechamel
·
500 cc de
leche
·
3 cdas
colmadas de almidón de maíz
·
50 gr de
manteca
·
Sal y
pimienta a gusto
·
Nuez moscada
a gusto
·
Queso
rallado a gusto (mejor si es parmesano rallado en casa)
Para el relleno
·
1 cebolla
·
½ morrón
rojo
·
1 lata de
tomates peritas en conserva o 4 tomates frescos
·
1 diente
ajo grande
·
Tomillo
fresco preferentemente
·
Sal y
pimienta a gusto
·
Aceite de
olivas
·
500 gr de
carne picada (opcional)
·
3
berenjenas medianas
·
4 cdas de
pan rallado libre de gluten
Procedimiento:
Lavar las berenjenas y cortarlas a rodajas o lonjas
de medio centímetro. Ponerlas sobre un papel absorbente y añadir sal, esto es
para quitar el sabor amargo. Mientras éstas expulsan el agua preparamos la
salsa, en una sartén saltear las verduras cortadas en dados pequeños (cebolla,
ajo y morrones), condimentar con sal y pimienta y agregar la carne (si es que
así lo desean), cocinar unos minutos y agregar el tomate y tomillo fresco,
tapar y dejar cocinar unos 20 minutos.
Lavar y secar las rodajas de berenjenas y asarlas de ambos lados sobre un sartén apenas pincelada con aceite, hacerlo por tandas hasta terminar todas las rodajas.
El siguiente paso es preparar la salsa bechamel
(salsa blanca), no es la tradicional salsa blanca debido a que esta se prepara
con almidón de maíz, en una cacerola poner el almidón de maíz y añadir la leche
a temperatura ambiente, con un batidor, mezclar muy bien para que el almidón se
disuelva en la leche y no se formen grumos, llevar a fuego bajo y cocinar
revolviendo constantemente, cuando se inicie un hervor suave, agregar la
manteca fría y continuamos removiendo para que ésta se funda y se distribuya
por toda la mezcla, condimentar con sal, pimienta y nuez moscada y reservar fuera
del fuego
Antes de montar la lasagna encender el horno a 180 grados.
Aceitar una fuente para horno, y colocar en el
fondo una fina capa de pan rallado (libre de gluten) seguidamente la primera
capa de berenjenas y después una capa de la salsa y repartir esta operación:
capa de berenjenas y capa de salsa, así hasta terminar, cubrir con la salsa
bechamel y espolvoreamos con queso rallado, parmesano o mozzarella, colocar la
fuente al horno unos 20 minutos hasta gratinar el queso.
Al servir agregar un chorrito de aceite de olivas y
un poco de pimienta blanca, ya podemos abrir un vino y llamar a todos ...A la
mesa!!!!
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